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¿Cuáles son las 10 imprescindibles que debe tener un líder político?
Por: Alfredo Paredes/Red Forbes
Ser líder no es fácil y ser un líder político menos ¿no crees? De por si la desconfianza y desencanto de los mexicanos en su clase política crece a pasos agigantados; razones hay de sobra. Por eso, es necesario regresar a los básicos del liderazgo político, así que ha llegado el momento de preguntar: ¿Qué hace a un líder político? ¿Qué características debe tener para ser seguido por la gente?
Aquí 10 propuestas…
- Congruencia. Convertirse en un líder político requiere demostrar que verdaderamente crees en lo que dices y actuar en consecuencia; tu integridad es una línea fundamental para que otros puedan seguirte. Estructura tus discursos para que sean el reflejo de tus compromisos y no el punto de partida de tus detractores.
- Resistencia. La política es un terreno cruento y hostil, vas a ser criticado, fiscalizado y severamente tratado por tus opositores. En estos días, es muy difícil ganar seguidores: los electores son escépticos y desconfiados, las encuestas están en tu contra, así que enfoca todas tus energías para soportar un camino lleno de obstáculos. Aprende a reírte de los chistes hechos a tus costillas, enfócate en reponerte rápidamente, no pierdas el camino hacia tus objetivos por metas inferiores. Rectifica, interioriza, enfrenta tus fallas y asimila la molestia para formar una agenda de superación y aprendizaje.
- Socializa. Los líderes políticos se deben a sus seguidores: todos los días hay que ganar simpatías, cada persona que se cruza en tu camino es potencialmente un voto. La forma en que puedas desarrollar confianza y credibilidad entre la gente es el mecanismo básico para establecer una relación rentable electoralmente. Debes contar con estructuras sociales, comunidades y grupos leales y comprometidos en los que puedas apoyarte para tus gestiones, programas y labores cotidianas. Formar vínculos, redes, conexiones es una de las mayores prioridades. Todo agrega. Acostúmbrate a ser tolerante, flexible, multicultural. Cada ser humano tiene su forma muy particular de ver el mundo, y eso hay que respetarlo, siempre aprendiendo además a construir puentes de comunicación.
- Visión e inspiración. Concientizar y motivar a la gente para se involucre en la solución de los problemas sociales requiere demostrar que se puede ir por nuevas vías, que hay respuestas, conocimiento y talento para cambiar el estado actual de las cosas. Ayuda a que la gente se organice, promueve la participación en causas relevantes; aunque recuerda ser el primero en tomar la escoba, la brocha, subirte a la bicicleta o adoptar un cachorro, y no nada más para la foto.
- Comunicación. No puedes dejar de comunicar: el líder político es forzosamente un personaje público, sometido al escrutinio permanente que requiere hacer valer sus habilidades y capacidades. Toma en cuenta tu presentación; vestimenta y accesorios; usa con propiedad el lenguaje; estudia; cuida tu voz; vigila las expresiones de tu cuerpo, movimientos, gestos, mirada y tacto; observa los protocolos; usa tu plataforma de exposición virtuosamente; acude a una entrevista debidamente preparado; aprende a debatir y negociar. Una parte muy importante de tu trabajo depende de saber persuadir, convencer, conciliar y tomar acuerdos. Antes de hablar, aprende a escuchar, valora las oportunidades de exposición y cuida de verdad quién eres para tus audiencias.
- Responsabilidad y compromiso. Determina qué cosas hay que resolver, enfócate en proyectos realistas, sustentables, alcanzables que vayan de acuerdo con las expectativas y problemas de los ciudadanos; ellos quieren soluciones para vivir mejor, les interesa su familia, trabajo, estabilidad, ingreso, justicia, seguridad, salud, educación, vivienda, cosas simples, cotidianas, tangibles por las que van a luchar a tu lado.
- El líder político debe contar con grandes dosis de pasión, energía pura, iniciativa y optimismo. Sin embargo, tiene que evitar la arrogancia, los excesos, la ambición desmedida y la corrupción; todas estas etiquetas las asignan los ciudadanos en forma automática. Por eso, demostrarles lo contrario es una tarea que exige mucha disciplina y autocontrol.
- Cuida de quienes te rodeas. Los séquitos suelen ser la puerta de entrada de múltiples problemas, indiscreciones y deslealtades. No te dejes llevar por el halago excesivo. Eres un humano con fallas, tienes funciones corporales como el resto y sólo estas ocupando una posición temporal que más que nada es una responsabilidad, una función pública. Recuerda que la gente te eligió para que sirvas a la comunidad, no para que te sirvas de los recursos públicos.
- Los recursos públicos son escasos, tu mayor responsabilidad es entonces cuidarlos excesivamente, aplicarlos con diligencia y eficiencia. Los ciudadanos son clientes exigentes. La opinión pública es voluble y los medios de comunicación cumplen una tarea fundamental para mantenerlos informados.
- Aprende a separar tu vida privada de la política. Antes de exhibirlas o mezclarlas, considera si estas dos esferas pueden coincidir, tienen puntos de conjunción y son compatibles. No dejes que la una afecte a la otra y, si es el caso, decide de inmediato cuál es tu prioridad.
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