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¿Cuáles son las 10 imprescindibles que debe tener un líder político?

agosto 13, 2015

Por: Alfredo Paredes/Red Forbes

Ser líder no es fácil y ser un líder político menos ¿no crees? De por si la desconfianza y desencanto de los mexicanos en su clase política crece a pasos agigantados; razones hay de sobra. Por eso, es necesario regresar a los básicos del liderazgo político, así que ha llegado el momento de preguntar: ¿Qué hace a un líder político? ¿Qué características debe tener para ser seguido por la gente?

Aquí 10 propuestas…

  1. Congruencia. Convertirse en un líder político requiere demostrar que verdaderamente crees en lo que dices y actuar en consecuencia; tu integridad es una línea fundamental para que otros puedan seguirte. Estructura tus discursos para que sean el reflejo de tus compromisos y no el punto de partida de tus detractores.

 

  1. Resistencia. La política es un terreno cruento y hostil, vas a ser criticado, fiscalizado y severamente tratado por tus opositores. En estos días, es muy difícil ganar seguidores: los electores son escépticos y desconfiados, las encuestas están en tu contra, así que enfoca todas tus energías para soportar un camino lleno de obstáculos. Aprende a reírte de los chistes hechos a tus costillas, enfócate en reponerte rápidamente, no pierdas el camino hacia tus objetivos por metas inferiores. Rectifica, interioriza, enfrenta tus fallas y asimila la molestia para formar una agenda de superación y aprendizaje.

 

  1. Socializa. Los líderes políticos se deben a sus seguidores: todos los días hay que ganar simpatías, cada persona que se cruza en tu camino es potencialmente un voto. La forma en que puedas desarrollar confianza y credibilidad entre la gente es el mecanismo básico para establecer una relación rentable electoralmente. Debes contar con estructuras sociales, comunidades y grupos leales y comprometidos en los que puedas apoyarte para tus gestiones, programas y labores cotidianas. Formar vínculos, redes, conexiones es una de las mayores prioridades. Todo agrega. Acostúmbrate a ser tolerante, flexible, multicultural. Cada ser humano tiene su forma muy particular de ver el mundo, y eso hay que respetarlo, siempre aprendiendo además a construir puentes de comunicación.

 

  1. Visión e inspiración. Concientizar y motivar a la gente para se involucre en la solución de los problemas sociales requiere demostrar que se puede ir por nuevas vías, que hay respuestas, conocimiento y talento para cambiar el estado actual de las cosas. Ayuda a que la gente se organice, promueve la participación en causas relevantes; aunque recuerda ser el primero en tomar la escoba, la brocha, subirte a la bicicleta o adoptar un cachorro, y no nada más para la foto.

 

  1. Comunicación. No puedes dejar de comunicar: el líder político es forzosamente un personaje público, sometido al escrutinio permanente que requiere hacer valer sus habilidades y capacidades. Toma en cuenta tu presentación; vestimenta y accesorios; usa con propiedad el lenguaje; estudia; cuida tu voz; vigila las expresiones de tu cuerpo, movimientos, gestos, mirada y tacto; observa los protocolos; usa tu plataforma de exposición virtuosamente; acude a una entrevista debidamente preparado; aprende a debatir y negociar. Una parte muy importante de tu trabajo depende de saber persuadir, convencer, conciliar y tomar acuerdos. Antes de hablar, aprende a escuchar, valora las oportunidades de exposición y cuida de verdad quién eres para tus audiencias.

 

  1. Responsabilidad y compromiso. Determina qué cosas hay que resolver, enfócate en proyectos realistas, sustentables, alcanzables que vayan de acuerdo con las expectativas y problemas de los ciudadanos; ellos quieren soluciones para vivir mejor, les interesa su familia, trabajo, estabilidad, ingreso, justicia, seguridad, salud, educación, vivienda, cosas simples, cotidianas, tangibles por las que van a luchar a tu lado.

 

  1. El líder político debe contar con grandes dosis de pasión, energía pura, iniciativa y optimismo. Sin embargo, tiene que evitar la arrogancia, los excesos, la ambición desmedida y la corrupción; todas estas etiquetas las asignan los ciudadanos en forma automática. Por eso, demostrarles lo contrario es una tarea que exige mucha disciplina y autocontrol.

 

  1. Cuida de quienes te rodeas. Los séquitos suelen ser la puerta de entrada de múltiples problemas, indiscreciones y deslealtades. No te dejes llevar por el halago excesivo. Eres un humano con fallas, tienes funciones corporales como el resto y sólo estas ocupando una posición temporal que más que nada es una responsabilidad, una función pública. Recuerda que la gente te eligió para que sirvas a la comunidad, no para que te sirvas de los recursos públicos.

 

  1. Los recursos públicos son escasos, tu mayor responsabilidad es entonces cuidarlos excesivamente, aplicarlos con diligencia y eficiencia. Los ciudadanos son clientes exigentes. La opinión pública es voluble y los medios de comunicación cumplen una tarea fundamental para mantenerlos informados.

 

  1. Aprende a separar tu vida privada de la política. Antes de exhibirlas o mezclarlas, considera si estas dos esferas pueden coincidir, tienen puntos de conjunción y son compatibles. No dejes que la una afecte a la otra y, si es el caso, decide de inmediato cuál es tu prioridad.

 

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