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¿Cuáles son los hábitos y objetos de consuelo para mi hijo?

julio 06, 2016

Recuerda que el objeto transicional no debe cambiar a no ser que sea el bebé quien decida destituirlo como objeto especial

Por: Claudia Ojeda/Foto: cuidadospediatricos.com

Muchos padres están acostumbrados a la imagen de un niño chupándose el dedo o un chupón, abrazando un acobija, un peluche, haciéndose acaricias con la punta de un trapo o abrazando algún muñeco. Generalmente es un objeto de textura suave que habla de una necesidad natural de apegarse a algo para sentirse protegido. La mayoría de los bebés entre los 4 y los 18 meses de edad encuentran alguna manera de consolarse solos. A esto se lo denomina “Objeto Transicional”, también conocido como objeto de consuelo u objeto de apego. El objeto transicional se vuelve vital en la vida del niño ya que es algo que está bajo su propio control. El decide cuándo y con qué frecuencia necesita consuelo y se vuelve imprescindible a la hora de dormir. Tanto los objetos como los hábitos de transición ofrecen al niño seguridad, tranquilidad, consuelo y apego cuando el ambiente y lo que está alrededor de él está cambiando. Representa el apego que el bebé siente con sus padres y le ayuda a controlar la ansiedad de la separación, etapa en la que el bebé comienza a experimentar que es un ser independiente a su madre.

Estos hábitos cumplen un propósito muy importante ya que le facilitan al bebe la transición hacia una siguiente etapa (por eso se le llama “objetos de transición”). A pesar de que los padres le ofrecen un ambiente seguro, el bebé que está creciendo y se enfrenta a momentos de ansiedad y frustración. En esos momentos de ansiedad, en los que los padres no se encuentran cerca o no le pueden responder inmediatamente, es cuando el niño recurre a su objeto o hábito de consuelo. En cuanto se da cuenta y acepta que la ausencia de los padres es solo temporal y adquiere confianza en su propia capacidad de sobrevivir hasta su regreso, entonces el hábito empezará a desaparecer.

 Algunas características del objeto transicional:

  • El niño lo elije arbitrariamente. Por más que se intente imponer un objeto determinado, es sólo el pequeño quien decide cuál es su objeto especial.
  • Tiene un olor especial. Debido a su manipulación (el bebé lo muerde, babea, arrastra, lo abraza, duerme con él) ese objeto tiene un olor particular muy especial para el bebé. Se recomienda no lavarlo para no borrar esa huella.
  • Tiene que ser “ese” y no otro. El objeto transicional no debe cambiar a no ser que sea el bebé quien decida destituirlo como objeto especial.
  • Es un compañero fiel. El niño no se separa de él. Lo lleva a todos lados, a la cuna, de paseo, a la guardería, en el coche, etc. Permanece siempre a la vista y al alcance del niño. ¡No puede faltar!

Entre los dos y tres años de edad, la mayoría de los niños abandonan su objeto y lo hacen cuando los adultos no lo presionan a dejarlo. No todos los niños adoptan un objeto transicional en su infancia. El desarrollo emocional es diferente en cada niño, por eso algunos necesitan aferrarse a un objeto mientras que otros no.

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