Cl.
Globos: Penny Pop
Obra del artista Jeff Koons
Por: Rocío Aguilera
¿Es el marketing en el arte una estrategia válida para lograr objetivos como artista? Desde que Andy Warhol comenzó la Fábrica y reconoció el poder del consumismo como tendencia global un destape de ideas y posibilidades cambiaron para siempre la manera en que apreciaríamos el arte, más aún la forma en la que es creado. Jeff Koons es el vivo ejemplo de la evolución en el consumo y apreciación de la obra artística. Más allá de ser un clásico artista plástico de escuela y buen dibujante es una máquina inteligente, perfeccionista y productora de ideas y objetos monumentales. Su éxito internacional y reconocimiento se basa en una porción de su talento, una gran estrategia, publicidad, calidad, conocimiento de antecedentes históricos y la actualidad misma. Esto podrá sonar más a un producto que a algo meramente espiritual y técnico. De reojo podría decirse que el trabajo de Jeff es una secuencia y tributo al estilo kitsch (ausencia de estilo o asociado a lo corriente y muy común) y al arte pop, sin embargo es una reflexión del valor que nosotros mismos le damos a las cosas cotidianas y esa noción del mal gusto invita al espectador a preguntarse a sí mismo si lo que está mirando es realmente feo y si es tan malo porqué entonces estás sonriendo al verlo y porqué se siente entonces atraído a ese objeto. Nos hace dudar de si lo feo es ahora bello o ¿porqué es atractivo dentro del museo y en gigante?. La mayoría de su obra se basa una filosofía superficial pero fundamentalmente dirige todas estas preguntas al espectador las cuales antes de ver la obra ni siquiera llega a notar la mayoría de las veces. La gente al mirar la obra obtiene un mensaje cargado de consumismo y cultura masiva porque el trabajo de Jeff se basa en imágenes que son realmente familiares para nosotros. La inspiración de Jeff viene de una mezcla de los objetos diarios y comunes y la fantasía de éstos objetos y su potencial. Objetos e imágenes que son muy aceptados en la sociedad y en el día a día hasta convertirse en íconos. Durante los últimos 20 años ha tocado temas en su obra como vida, muerte, sexo, pasión, el consumismo y la sociedad moderna y sus obsesiones. . En su obra conecta claramente el presente con una serie de ideas atemporales y que transcenderán en el futuro. Hay un concepto que destaca muy interesante desde comienzos de su trabajo: la idea de la respiración: el respirar humano. Encontrando este concepto en la serie Aqualand o en la instalación de aspiradoras o el tren de vapor suspendido en la grúa, las famosas esculturas monumentales de globos en forma de animalitos (tal cual las forman los payasos a los niños en las fiestas) que parecieran sostenerse por estar llenas de aire, en realidad son hechas de acero sólido y pintura súper reflejante que imitan la terminación de los globos de helio metalizados.
Reflexionando un poco bajo la premisa de que el arte a través de la historia es un imitador de la realidad y ha sido ella su mayor inspiración: Jeff Koons hace justamente eso. Esas esculturas, instalaciones y pinturas es lo que hemos convertido en íconos y todo el mundo conocemos. Él considera que debe haber un gran valor y espíritu en estas cosas tan sólo por el hecho de crearlas y encontrarlas a diario. Encontrar algún sentido de vida en ellas. El arte de Jeff Koons no se trata de espiritualidad, sería como estar buscando a Dios en Wallmart menciona el crítico de arte Mat Gleeson, más bien Jeff representa una mezcla de ventas , promoción, extravagancia y finalmente una marca. No produce sus objetos. Tiene una serie de equipo al que dirige e incluso pintan y esculpen por él. No es su técnica sino como ha logrado posicionarse y lo que él representa. Controversial al concepto tradicional de artista lo interesante aquí es que Jeff llegará hasta el punto que la misma humanidad lo permita. Podría ser él mismo exhibido como una obra pieza clave en alguna de sus expos basado en la oferta y demanda de esta sociedad consumista y a la vez crítica de la misma causa. Somos una especie de caníbales con culpa pero queriendo siempre más.
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