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Angélica de Jesús, traductora de la constitución política a Otomí
octubre 16, 2018
Estudiante de la Facultad de Derecho en la Universidad de la UAQ Campus Amealco
Por: Cricel Cortés / Foto: Ibania Cortés
Preocuparse y ocuparse a tan temprana edad por su comunidad es una de las principales características de Angélica de Jesús de Jesús. A sus escasos veinte años refleja un interés auténtico por su gente, que no ha quedado sólo en palabras sino en acciones importantes, como el manual “Nuna nar he`mi ar`mui ya zapa hnini hñohño”, que contiene la adaptación al otomí de algunos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Ley de Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Querétaro.
Angélica se siente orgullosa de ser indígena, y mucho más por ser originaria de Yosphí, localidad ubicada en San Idelfonso en Amealco de Bonfil, por cierto, uno de los municipios con mayor rezago social. Nuestra siguiente entrevistada, actualmente estudia sexto semestre de la licenciatura en Derecho, fue así como ataviada con su original y hermoso traje típico, De Jesús dio una entrevista en exclusiva a LF La Revista, en la que nos habló sobre los sueños y aspiraciones que como joven queretana tiene para su gente.
Platícanos de tu familia
“Mi mamá se llama Mariana de Jesús, es ama de casa y artesana. Mi papá, Encarnación de Jesús, trabaja como ayudante de albañil. Somos cinco hijos, yo soy la tercera, mis dos hermanos mayores son albañiles y mis dos hermanas menores estudian la secundaria”.
¿Cómo has vivido tu juventud?
“Ha sido difícil. Me ha costado adaptarme a una sociedad tan exigente, con poca tolerancia y respeto hacia los demás. En mi caso como indígena, he vivido discriminación de todo tipo. Acostumbro a vestirme con mi traje típico, porque me gusta, me siento muy cómoda y porque me enorgullece, sin embargo para muchas personas es sinónimo de ignorancia, pobreza y de rareza, ya que nos ven como si fueramos “raros” o diferentes. Incluso, cuando ven que entro a una tienda creen que no puedo pagar lo que compro.
¡Pero ésta soy yo! Y me gusta ser yo misma. Seguiré nadando en contra de la corriente porque yo no voy a cambiar lo que soy por tratar de agradarle a los demás, no voy a vivir el “tienes que”, “debes de”. Me gusta mucho ser joven porque soy libre de hacer muchas cosas para mí y para mi comunidad”.
¿Por qué elegiste la carrera de Derecho?
“En mi comunidad se violentan mucho los derechos de las personas porque no hay gente preparada que conozca o que haga exigir y valer esos derechos. Esto se da mucho porque aunque sí hay abogados, no hablan la lengua indígena. La gente no se siente en confianza, no habla de lo que está pasando y prefiere callarse. Quiero ser esa persona que necesita mi comunidad”.
¿Cómo surge la idea de traducir al otomí la normatividades de los pueblos indígenas?
“Fue iniciativa del maestro Sergio Ugalde Vega, quien estaba interesado en esos temas. Llegamos a la conclusión de que sí está la normatividad pero sólo en español, desde ahí no estábamos respetando un derecho. Decidimos enseñarles las leyes con el otomí y pedimos oportunidad a la UAQ para llevar a cabo este proyecto. Yo recibí la invitación porque hablo la lengua y por ser una persona importante en mi comunidad. No es lo mismo que tú hablante lo traduzcas, porque tú sabes cómo se dicen las cosas, cómo son y cómo se escriben”.
¿Cuántas personas se involucraron y cómo fue el proceso?
“Trabajé con mi compañera Diana Flores Almaraz, de la facultad de Derecho; Beatriz Hernández Hernández, de Desarrollo Social, Olivia Luna Baltazar y Lorenzo de León González, estudiante del Campus Cadereyta.
En cuanto al proceso, para poder escribir la lengua, tuve que estar un año en un diplomado que tomé en Amealco. Creo que en total el proyecto duró ocho meses, fue un proceso largo y laborioso. Nos teníamos que quedar horas extra, revisar y revisar para que no se nos fuera una palabra”.
Personalmente ¿Qué te dejó este proyecto?
“La iniciativa de seguir apoyando más a mi comunidad. Aprendí a mejorar la escritura de mi lengua, quiero decirles que yo era ignorante de mi propia escritura, y con esto me gustó continuar aprendiendo. Ahora veo que era necesario para mí hablarla y escribirla correctamente”.
¿Cuál fue el impacto o beneficio que tuvo en las comunidades?
“Tuvo buen impacto. Conforme el proyecto fue avanzando se fueron sumando más personas. Ahora la comunidad ya tiene ese conocimiento y lo más importante, a su alcance y en su lengua. Una vez que tuvimos la ley traducida, acudimos a todas las localidades para entregarles un folleto con la información. La respuesta fue favorable, la gente estaba contenta y participó opinando sobre algunas palabras que se podían emplear para una mejor comprensión de la información proporcionada.
Angélica, a tu corta edad ¿qué o cómo te sientes por haber aportado algo tan importante para la comunidad indígena?
“Mucho orgullo. Me identifico y me gusta ser una joven indígena. Cuando empecé la carrera no imaginé que podría ayudar a más personas a conocer y saber más sobre sus derechos. Me gusta poder servir y ayudar”.
Angélica, con todo y las adversidades y discriminación que has vivido ¿qué papel crees que tienen los jóvenes de Querétaro y México para que esto cambie?
“Creo que nos toca hacer algo por nosotros mismos desde donde estamos, lo importante es comenzar por tu persona y después llevarlo afuera. Los jóvenes de Querétaro y México no debemos olvidar quiénes somos. Creo que debemos exigir más respeto hacia nosotros mismos y más espacios educativos que nos sirvan para crecer como seres humanos”.
¿Has pensado en involucrarte con más personas para llevar otros proyectos a los indígenas?
“En Congresos de la Lengua Indígena he conocido a jóvenes que aunque no son de mi comunidad tienen ganas de hacer algo. He pensado en un proyecto con todos ellos, como una asociación para apoyar a las comunidades”.
¿Qué es lo que más te gusta de ser joven?
“Me gusta que soy libre de hacer lo que yo quiero y que puedo ayudar a mi comunidad. Demostrar que se puede a mis hermanos y a nuevas generaciones. Hay muchas mujeres reprimidas en mi comunidad que no ven más oportunidades para sus hijos, quienes después de ver lo que yo estoy haciendo apoyan a sus hijos, me llena de alegría ver que me ven como un ejemplo”.
¿A qué tipo de jóvenes admiras?
“Admiro a aquellos que no han olvidado quiénes son, a los que no olvidan sus raíces y que sobre todo a pesar de que logren sobresalir, volteen a ver a su gente”.
¿Qué sueñas para Querétaro?
“Yo quiero que en Amealco y en todas las dependencias de nuestro Estado, como en las fiscalías, labore gente indígena, ya que no se nos atiende como es debido. Hay quienes ya no siguen su queja porque dicen que no tiene caso, que no les entienden, por todo esto, yo sueño con formar un bufete de abogados por y para indígenas”.
Como joven queretana, ¿qué consejo le envías a los jóvenes?
“Que siempre se esfuercen, que jamás olviden que en la vida no hay imposibles cuando luchas por lo que quieres”.
Mensaje
“Invito a toda la sociedad a que empiece un cambio desde adentro y no desde afuera. A que no discriminen a los demás sólo porque no sean o hablen como ustedes ya que aunque no sean indígenas, todos formamos parte de una sociedad”.
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