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Descuidar cuesta…
febrero 14, 2016
Por: Marcial Fonseca
Las guarderías han perdido protagonismo, es que, ante la falta de tiempo de la familia mexicana, que por factores que le apuntan con cartuchos de carencias, se ve imposibilitada de estar lapsos completos y bien definidos con sus crías, ya no se puede. Esto, en la crudeza numérica, se traduce en que, de cada 100 niños con madre que labora, sólo 15 asistieron a ellas mientras el resto, 85%, fue atendido por propios familiares, escupe la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social, ENESS, elaborada por INEGI.
Queda en el paisaje que tres millones de infantes no fueron cuidados en guarderías durante el último par de años, y medio millón setecientos tres mil, de cero a seis años, sí contaron con esa posibilidad; 43% en instituciones públicas ajenas al instituto Mexicano del Seguro Social; 30% en lugares adscritos y 27% en sitios privados. Sobresale que, en su mayoría, hayan sido varones, 52%, los que fueron incluidos en estos servicios.
Estima ENESS cerca del 77.2% de la población nacional, más de 91 millones de personas, se encuentran afiliados a una institución de salud o seguridad social, con el Seguro Popular tomando la punta, con 45 de cada 100 mexicanos; 44 en el IMSS y siete en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE.
Con 41 millones de afiliados, 40% mujeres, el Seguro Popular se encuentra por encima del IMSS, 40 millones, 65% mujeres; y el ISSSTE, 7 millones, 53% mujeres, en impacto social. Y sé bien que podrán ser estadísticas gordas y pesadas pero eso no cambia que al ver que 61% de los infantes en el territorio nacional es cuidado por sus abuelas, y el 31% por otros familiares, sienta retorcijones, varios y fuertes retorcijones y esta sensación de desamparo que se me queda pegada durante el resto del día. Las bocas siguen quedándose vacías aunque el precio de dejar a los hijos en manos ajenas se haya saldado, y los hijos siguen teniendo hambre aunque los padres tengan más; trabajo no tapa hambre y hambre no tapa hambre a su vez.
Que existan lugares que brindan apoyo para pasar tiempo con los más vulnerables de ninguna forma sustituye el correr bien aceitado de un hogar con valores, miembros insobornables, los múltiples qué tal te fue hoy una vez que el día se ha quebrado, en el comedor, con todos a la mesa, y todas esas cosas de las que tanto se habla y poco se ve.
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