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Piel Mujer

Por: Martha Ramírez / Maestra en Ciencias de la Educación

La piel mujer no distingue edad, religión, estatus social, ni creencia o escepticismo. La piel mujer son todas y cada una de las experiencias en la vida, sensaciones, sentimientos, son cada lágrima de felicidad, de agradecimiento, de gratitud y nostalgia. La piel mujer se configura día con día, en la relación con los otros, con sus lenguajes, sus miradas. La piel mujer contagia; transpira alegría, dolor, bendiciones, expectativas.

La piel mujer es el universo contenido en cada centímetro cúbico que la conforman, se expande como el infinito, desaparece como si cayera en un hoyo negro y al final sale victoriosa, logra descifrar una longitud de onda de luz. Así, inerme ante los años nuevos, se reinicia.

La piel mujer arrulla al desválido de cariño, conforta al desesperado de calma, provee calidez al enclaustrado por el dolor, orienta al que permanece por su voluntad en la oscuridad, otorga palabra al relegado de las expresiones sociales.

La piel mujer no es de una sola época, de un descontento social o de un nacimiento específico. La piel mujer habita a través del tiempo, del aire, de los suspiros. Aparece cuando la invocan e impregna el alma con recuerdos, regresa los aromas vividos, los sabores disfrutados, los consejos nunca atendidos.

La piel mujer lee un libro, no para que el otro duerma, no para que el otro sueñe, si no para que el otro viva sus sentimientos, sus personajes, para que termine de diseñar el avatar de su mundo real-irreal.

La piel mujer sabe de guerras, de pactos, de alianzas, conoce las estrategias de la paz y busca almas infantiles para heredar las esperanzas, las ilusiones, la última inocencia de la humanidad.

La piel mujer disfruta de estar viva, ha valorado cada pausa de su existencia. En la reconciliación con su auto flagelo, ha descubierto que nada falta por perdonar, los errores son los experimentos del espíritu subversivo, del corazón avivado por la segunda, tercera o cuarta oportunidad.

La piel mujer es el todo y es la nada, en una roca, en un libro, en una estrella, en tu mirada.