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Cl.
Piernas

julio 18, 2016

Mari Katayama es una artista japonesa nacida en Saitama

Por: Rocío Aguilera/Foto: www.youtube.com

Después de 20 años de experiencia tan sólo 5 minutos le tomó a la artista Mari Katayama cambiarse frente a toda la audiencia sus prótesis de piernas para demostrar el proceso que lleva cambiarse de botas de piso a tacones y caminar con ellos. En realidad ese comienzo de la presentación fue un performance que explica más adelante con una historia. Había pasado un tiempo trabajando como cantante de jazz en un bar parada sobre el acabado tipo palo de sus prótesis. Un hombre pasado de copas batiéndola de alcohol al lanzarle su bebida le insultó diciendo: “una mujer que no usa tacones no es una mujer”. En lugar de sentirse ofendida pensando que no podía hacerlo fue invadida por el sentimiento de que tal vez el hombre la había fastidiado porque percibía que ella se había dado por vencida. Al día siguiente corrió a la Fábrica de Prótesis en Tokyo y preguntó si tenían algo que pudiera usar con tacones realmente altos. Debido a su solicitud se comenzó el primer proyecto de tacones usables para prótesis (no sólo decorativos). Además de que se requiere una prótesis especial, andar con tacones y prótesis no fue al principio tan sencillo. Gracias a este proyecto Mari pudo darse cuenta que el arte involucra no solamente tiene que ver con el proceso interno o comunicativo del artista, sino que al usar los tacones e ir caminando por la calle puede lograr que esos tacones se conviertan en una herramienta que ayuda a conectar gente como ella con el resto de la sociedad. El arte no solamente embellece. Ciertamente el arte es ese canal entre el artista y alguien más que entrega los mensajes de los pensamientos y sentimientos. Sus piernas artificiales no sólo son el instrumento con lo que recorre día a día, sino que la han parado en varios lugares para ser lanzada como modelo, actriz, cantante, conferencista y artista internacional. Se han  convertido en la forma en la que puede comunicar sus pensamientos a mucha gente. Para ella el arte es una escalera que utiliza para escalar murallas imposibles y a su vez puede ser una bomba que las destruye. Sus prótesis han abierto en ella la premisa de a qué llamamos normal y anormal. Quería verse como los demás entonces tras perder las piernas comenzó a imitar los movimientos de la gente. -En la sociedad aprendes cómo debes comportarte tras ver a otra gente. Todo el mundo mira y roba pedacitos de otra gente para construirse a sí mismos. – Probablemente todo el mundo haga lo mismo que yo: imita para encajar. Absorber a otra gente me hizo sentir como un parche de retazos que tapa un vacío dentro, algo que no era realmente yo.- explica la artista japonesa nacida en Saitama. Después de perder la batalla de lograr tener amigos, en la preparatoria comenzó a dibujar y pintar sobre sus prótesis. Con cualquier material reciclado que encontrara en su camino creaba objetos que se convertían en extensiones de sus piernas. Aún su mente recuerda las sensaciones que sentían sus piernas antes de que le fueran amputadas a los 9 años. Ese recuerdo mental que emana en una rara sensación física la hace preguntarse hasta dónde llegan sus piernas. Y que nos replantea quién decimos que somos y que los demás son o cómo debemos actuar bajo la regla de lo normal o bajo lo que el corazón dicta.

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