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¿Por qué la alta costura está viviendo su mejor momento?
La alta costura es un mercado en crecimiento; las casas de moda siguen aumentando sus ventas en esta actividad y la clientela se está expandiendo y diversificando
“Cuando la gente dice que la alta costura está muerta… probablemente está muerta para ellos, pero no para nosotros”. Esto fue lo que dijo Karl Lagerfeld, justo después de supervisar la salida de los 68 looks enteramente hechos a mano de la colección Primavera-Verano 2018 presentados como parte del desfile de alta costura de Chanel. Grabado por Andrew Rossi para el documental de Netflix 7 Days Out –que se cuela tras bastidores en los mayores eventos de moda, deportes, espacio y comida– el comentario Lagerfeld refutó la idea de que la fantasía de la alta moda vaya a desaparecer.
De hecho, la idea de que la alta costura está en declive se esfuma positivamente este 2019, con grandes marcas que prometen enfocarse en el exclusivo arte de crear ropa para individuos y no para el mercado masivo. Balmain, bajo las riendas del animado y dinámico diseñador Olivier Rousteing, regresará al calendario de la alta costura por primera vez en 16 años; Hedi Slimane, actual director creativo de Celine, planea expandirse en este categoría como parte de su nueva visión para la marca; y, como nunca antes, marcas jóvenes de ready-to-wear –que incluyen a Mary Katrantzou, Richard Quinn y Marine Serre– están explorando la noción de “alta costura ready-to-wear”.
“La alta costura es un mercado en crecimiento; las casas de moda siguen aumentando sus ventas en esta actividad y la clientela se está expandiendo y diversificando”, explica Ralph Toledano, presidente de la Federación de la Alta Costura y de la Moda y de la Cámara Sindical de la Alta Costura. “La moda a la medida ha sido y sigue siendo un territorio de libre expresión para los diseñadores, una tierra en la que la creatividad se encuentra con la tradición y la innovación”.
Las nuevas tecnologías, agrega Toledano, están ayudando a ir más allá de los límites, con materiales innovadores, técnicas y enfoques que están despertando el interés de audiencias con las que nunca antes se había tenido acercamiento, incluyendo a los millennials.
Y si en algún momento los terrenos de este reino se consideraron anticuados, reservados sólo para alfombras rojas y bodas grandiosas, de pronto la alta costura se siente cercana, y cala asombrosamente hondo cuando se trata de nuestras necesidades emocionales como consumidores.
“Hay más interés en la alta costura porque hoy todo lo demás es un intento por introducirnos en la misma cultura del mercado masivo”, dice el costurero parisinoAlexis Mabille, señalando especialmente un deseo de individualidad y autenticidad. Él habla de la importancia de la relación única que se establece entre la casa y el cliente, y la magia de una experiencia hecha a medida. “La sensorialidad es también una clave”, coincide Toledano. “Mientras haya gente en busca de lo excepcional, habrá alta costura”.
La alta costura también está dejando una huella en el ready-to-wear. “Se ha hecho incluso más notorio que las marcas están buscando expandir su oferta de alta costura ready-to-wear”, señala Elizabeth von der Goltz, directora global de compras de Net-A-Porter, que ha notado crecimientos sustanciales en esta categoría de vestidos de noche, con incrementos de más del 50 por ciento este año en comparación con el anterior. “Estamos viendo incluso más demanda de nuestros clientes más importantes (EIPs), quienes están buscando piezas exquisitas para hacer una verdadera entrada en sus eventos”. Alexandre Vauthier y Ralph & Russo (quienes hacen ready-to-wear y alta costura), señala, se han convertido en los favoritos.
De hecho, el efecto fue notorio en las colecciones Primavera-Verano 2019. Las pasarelas estuvieron llenas de plumas, formas voluminosas y de las decoraciones complejas que son tan propias de la alta costura. “Es lo que estamos llamando costura moderna”, dice von der Goltz. Matchesfashion.com también se está enfocando en la “demi-couture” para la nueva temporada, algo que estuvo muy presente en el desfile del 10 aniversario de Mary Katrantzoula pasada Semana de la Moda de Londres.
La diseñadora, famosa por sus exquisitas faldas con forma de “pantalla de lámpara” y vestidos con forma de “botella de perfume”, apostó fuertemente por técnicas similares a las empleadas en la alta costura para su colección, con cerca de un 90 por ciento de los looks que revelaban un increíble nivel de detalle y artesanía. A Katrantzou no le resulta extraño este enfoque; fuera del ready-to wear frecuentemente trabaja con clientas privadas para quienes diseña piezas hechas a medida, entre las cuales están incluidas Beyoncé y Cate Blanchett.
Las extensiones de la alta costura más allá de los salones de algunas casas de moda se puede rastrear hasta 1997, año en el que se creó el estatus de “miembro invitado” por la Federación de la Alta Costura y de la Moda. El estatus de “miembro invitado” otorgaba a algunos nombres nuevos, menos tradicionales y no franceses un lugar en el calendario de esta industria de puertas cerradas a la que sólo se puede acceder por invitación (la alta costura se apega a estrictas reglas acerca de quién se puede presentar, cuándo y de qué es considerado alta costura). La exploración de nuevas técnicas vino a continuación; las estéticas comenzaron a diversificarse y se alejaron de los estilos tradicionales de la alta sociedad. Después llegó la estrategia de negocio.
En 2014, tanto Jean Paul Gaultier como Viktor & Rolf decidieron cerrar sus operaciones de ready-to-wear para concentrarse en la alta costura y las fragancias –y ninguna de las marcas está peor por haber tomado esa decisión. Gaultier obtiene ganancias que aumentan cada año. Para algunos es discutible, pero la sensibilidad artístico-conceptual de Viktor & Rolf tiene mucho más sentido en el mundo de la alta costura que dentro de las limitaciones comerciales del ready-to-wear.
“La magia de la alta costura es el hecho de que casi todo es posible”, dice Mabille. “Es un mundo secreto, creado completamente para un individuo especial”. Es una propuesta atractiva que sigue siendo tan exclusiva que muy pocos de nosotros llegarán a experimentarla. Como señala el estilista Sam McKnight en 7 Days Out: “Esta ropa es algo que la gran mayoría de la gente en el mundo nunca verá de cerca, nunca tocará y nunca compartirá espacio. Es tan aspiracional que es asombroso”. La alta costura está defendiendo tradiciones artesanales de una manera fresca y moderna; no resulta sorprendente, entonces, que esté viviendo su mejor momento en la era de Instagram.
Con información de Vogue / Foto: Acoser
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